Monthly Archives: September 2010

Merlo

The Pierces are taking advantage of the long holiday weekend to go to Merlo, a town outside of Cordoba in the Sierras Chicas. We stopped for lunch for a few hours. We don’t think the wine is named after the town.

Merlo

The Pierces are taking advantage of the long holiday weekend to go to Merlo, a town outside of Cordoba in the Sierras Chicas. We stopped for lunch for a few hours. We don't think the wine is named after the town.

In Honor of Richard Reicheg

Una pareja está hablando.

La esposa dice: “¿Si yo muero, vas a encontrar una novia nueva?”

El esposo dice: “No. Yo nunca voy a encontrar una novia nueva. Vos sos mi única mujer y mi único amor.”

La esposa dice: “Por favor. Vos tenés que encontrar una mujer nueva. Es muy importante para vos, mi amor.”

El esposo dice: “Entonces, si vos insistís, yo voy a tratar de encontrar un mujer nueva.”

Momento de silenco amor.

La esposa dice: “Mi amor, si yo muero, vas a permitir que tu mujer nueva viva en nuestra casa?”

El esposo dice: “No. Nunca. Es imposible. Yo nunca voy a permitir que otra mujer viva en nuestra casa. ¡Imposible, mi amor!

La esposa dice: “Por favor, mi amor. Esto es importante para tu vida, y yo quiero que seas feliz. Por favor, mi amor.”

El esposo dice: “Bueno. Si vos insistis, mi amor, yo voy a permitir otra mujer en nuestra casa.”

Un momento de silencio.

La esposa dice: ¿Mi amor, si yo muero, vas a permitir que tu mujer nueva use mis palos de golf?

El esposo dice: “No. Ella es zurda.”

In Honor of Richard Reicheg

Una pareja está hablando.

La esposa dice: “¿Si yo muero, vas a encontrar una novia nueva?”

El esposo dice: “No. Yo nunca voy a encontrar una novia nueva. Vos sos mi única mujer y mi único amor.”

La esposa dice: “Por favor. Vos tenés que encontrar una mujer nueva. Es muy importante para vos, mi amor.”

El esposo dice: “Entonces, si vos insistís, yo voy a tratar de encontrar un mujer nueva.”

Momento de silenco amor.

La esposa dice: “Mi amor, si yo muero, vas a permitir que tu mujer nueva viva en nuestra casa?”

El esposo dice: “No. Nunca. Es imposible. Yo nunca voy a permitir que otra mujer viva en nuestra casa. ¡Imposible, mi amor!

La esposa dice: “Por favor, mi amor. Esto es importante para tu vida, y yo quiero que seas feliz. Por favor, mi amor.”

El esposo dice: “Bueno. Si vos insistis, mi amor, yo voy a permitir otra mujer en nuestra casa.”

Un momento de silencio.

La esposa dice: ¿Mi amor, si yo muero, vas a permitir que tu mujer nueva use mis palos de golf?

El esposo dice: “No. Ella es zurda.”